Elegía del encuentro fugaz.
Han pasado los años con su carga de inviernos.
Ya la hojarasca del parque ha caído otra vez.
Hace ya tantos años que no hemos vuelto a vernos,
que de tantos inviernos llegó nuestra vejez.
Y hoy te veo distinta tras de tu largo viaje
cargando el equipaje a tu vasta indiferencia.
Pocas cosas quedaron de aquel regio linaje,
bajo el sencillo traje que marca tú presencia.
Y otra vez la prestancia de tu mirar hermoso.
Tus ojos candorosos que miran extasiados.
Y esos labios carnosos, por mí tan deseados,
hablando de un pasado y un final doloroso.
Y yo me vuelvo nada, parado en este andén,
contando los segundos que pasas por mi lado.
Mi corazón golpea con fiereza el costado,
y su grito angustiado se pierde en tú desdén.
2015.
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