¡Deténgase el jurado en el intento!
Mi verso fue elegido por las musas.
Juzgarlo requiere gran talento,
y no las ambiguas y confusas.
Mi verso nació de sentimiento,
con fibras del alma y conjeturas.
Mi verso es el rígido cimiento,
que eleva el corazón a las alturas.
No dicten impúdicas condenas,
ni le encierren en lúgubre aposento,
porque mi verso ha roto sus cadenas
¡Y vuela libremente como el viento!
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