domingo, 17 de mayo de 2015

Agua salada.






Agua salada.





Tendiste los brazos aquel medio día.
Sin pedirte nada me diste calor.
Y al compás candente de tú melodía,
bebí de tu sabia, y tú de mi amor.

Y cual loba en celo saltaste a mi pecho.
Fue una magia loca tu dulce candor.
Y aullando en la urdimbre del cálido lecho,
mordiste mi hombría sin ningún pudor.

¡No me debes nada! Dijiste sonriendo.
¡Tú guardas mis besos, y yo tu sabor!
Pero esta tarde que estoy recordando,
recuerdo esa alcoba, recuerdo tu olor.

Porque en esas horas que me diste todo,
con llanto en los ojos, te volviste loca.
¡Es agua salada que brota a su modo!
Dijiste gimiendo, y besaste mi boca.






2015.





No hay comentarios:

Publicar un comentario