sábado, 2 de mayo de 2015

Cuando me haya ido.




Cuando me haya ido.



Cuando me haya ido volverá un nuevo estío,
y otra nueva mañana se le impondrá a la noche.
Y la alondra que errante va escapando del frío,
remontará otros cielos de negrura azabache.

Y esa lágrima suave del roció en la rama
caerá lentamente en la tierra sedienta.
Y el viento vagabundo se dormirá en tu cama,
susurrando esa nana que a la tristeza ahuyenta.

Cuando me haya ido, quizás sin darte cuenta,
se abrirán los rosales de la ilusión dormida.
Y una nueva esperanza se asomará a la puerta
con el mágico bálsamo que sanará tu herida.

Y en el mustio jardín florecerá un anhelo
con arraigados brotes de fragancia sutil.
Y pasarán los años y mirarás al cielo,
cuando un día recuerdes, aquel día Abril.

Y quizás sin que sepas mi ser será otra flor
que te dará el perfume de su exquisito aroma.
Y cada primavera aspirarás mi olor,
en la dúctil fragancia que a su pétalo asoma.

Y allá, en alguna parte, miraré complacido,
el lirio que embellece tu perfumado huerto.
Entonces vida mía, sentiré que no he muerto.
Me seguirás teniendo, cuando me haya ido.




2015.


No hay comentarios:

Publicar un comentario