lunes, 4 de mayo de 2015

Mi niño de ojitos negros.





Mi niño de ojitos negros.



Niño de los ojos negros. Mi tristeza y mi desvelo.
Con tus alas de esperanza acúnate en mi pensamiento.
Dime si allí caben soles para mi aciago tormento,
porque negra llevo el alma de arrastrar mi desconsuelo.

Toma la estrella más blanca, llévala ceñida al pecho,
para que brilles cual ángel, mi adorado niño bueno.
Pues aunque Dios de consuelo, como un sagrado derecho,
mi pesar es una tumba. Me estoy hundiendo en el cieno.

Te imaginaré danzando por los murmullos del viento
para verte allí jugando con arcángeles alados.
Aunque destrocen mi entraña negros puñales clavados,
pues desde que te marchaste, sufro un amargo tormento.

 


2015.



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