Amigo
mío, no le digas que me has visto.
No
digas que aún la llevo como un tatuaje.
Ella
se olvidó de mí, al iniciar aquel viaje.
Mejor
dile por favor, que ya no existo.
Dile
amigo una mentira. Esa sola por favor.
Que
no sepa que el dolor sigue mis pasos.
Amarla
fue mi fracaso. Mi gran error.
Por
eso es mi dolor soñar sus brazos.
Dile
así como te pido, por favor amigo mío.
Pues
ella fue mi locura. Un sueño incierto.
Entonces
miéntele así. Dile que he muerto.
Que
sin ella fui una noche, en el estío.
Bello más triste poema, soy súper sensible y mi corazón se hizo una pasa de uva, se encogió de pena, pero también de leer tanta sinceridad dentro de tanta belleza…gracias por compartir estimado poeta
ResponderEliminarNoe
Gracias por llegar a éste rinconcito de mi corazón, amiga Noe.
ResponderEliminar