domingo, 5 de octubre de 2014

Suplicas de amor.


Déjame beber en tu pasión el beso.
Así como la hoja se quema en una hoguera.
No será tibio el beso, ni una flama cualquiera,
si me dejas beber de tu dulce embeleso.

Yo quiero ser el trino del ave que reposa,
entre las ramas verdes cantándole a un ensueño.
Y en un mágico idilio soñar que soy el dueño,
De tus besos de fuego y tus labios de rosa.

Y si una sola queja brotara de tus ojos
y languidece el beso, el fuego y la pasión,
arrebatadamente suplicare de hinojos
como lo haría un niño implorando perdón.

Y así como la espuma que en la arena resbala,
con ese empuje suave, amable y persistente,
yo seré para ti con este amor ardiente,
como esa ola nueva que a tu playa recala.
 
 
 

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