miércoles, 15 de octubre de 2014

Odas al deseo.

 


Cuál dos Gladiadores tus labios y los míos,
batallan fieramente en la cumbre de un beso.
No cesan ni claudican, en el combate impío.
¡Es el lenguaje ardiente del poseso! 

Bajo mi pecho vibra tu carne lacerada,
oigo el gemido de tus labios candorosos,
y tus senos, rígidos y hermosos,
se hunden de placer contra la almohada.

El ansia de mi cuerpo sobre el tuyo
busca sin freno tu savia más ardiente.
Y mi voz que se quiebra en un murmullo...
Siento perlada de sudor tu frente.

Tus manos alocadas a mi espalda
me dejan en la piel hondo flagelo,
mientras mudas y esparcidas por el suelo
reposan mi camisa con tu falda.

Odas de amor navegan en el viento,
nexo y placer de estar enamorados,
cuerpos vibrantes que flotan extasiados,
sobre sábanas blancas… sin aliento.

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