jueves, 2 de octubre de 2014

Volveré.


Volveré alguna tarde a la remota playa,
Donde por vez postrera te busqué en el ayer.
Y quizás una ola me cuente dónde se haya,
la huella que dejaste en el atardecer.

Volveré a preguntar a la mar impaciente,
Si el viento atrevido fue aquel testigo mudo,
que vio trocarse en oro los rayos del poniente,
para vestir la magia de tu cuerpo desnudo.

Volveré a caminar sobre la blanca arena.
Aquella que ciñera tu angelical figura.
Y quizás ella sepa, si fue la luna llena,
la causa de mis males y mi extraña locura.

Yo sé que volveré, aunque jamás te encuentre.
Porque quizás la mar, te oculta entre la espuma.
Porque quizás el viento, te remonta en la bruma.
Porque quizás la arena, te resguarda en su vientre.

Más sé que de encontrarte donde quiera que estés.
Y aunque el amor sucumbe igual que una hoguera,
mi amor por desmedido, no ha acabar ahora.
Aún vive entre las brasas... el calor que no ves.
  
 

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